Algo que siempre me pregunta la gente que recién está empezando a hacer trabajos freelance, es cuánto cobrar por los trabajos. Si bien algunas personas tienen tarifas fijas según el trabajo a hacer, para proyectos más grandes, en tiempo y personas involucradas, es poco práctico. No es lo mismo cotizar el diseño de una tarjeta personal y el de un rediseño de marca con toda la papelería.
De todas formas, sigue siendo un problema definir costos fijos por trabajos específicos cuando recién se empieza. El método que voy a explicar es el que uso yo, que es sencillo y hasta ahora me ha servido para responder las dos cosas: ¿Cuánto sale y cuándo va a estar listo?
¿Qué hay que hacer?
Esa es la primer pregunta. Hay que pedir lo más exhaustivo posible que nos definan todo lo que tiene que ser desarrollado, con qué material se dispone (ejemplo, si ya hay logos vectorizados usar esos, no ponerse a re-vectorizar la marca), qué material hay que conseguir (comprar, en el caso de fotos por ejemplo), etc. Aunque haya usado la palabra “comprar”, la clave acá es el tiempo que nos va a llevar recolectar todas estas cosas.
Una vez se tenga toda la gran imagen, armar un diagrama que nos permita visualizar rápidamente en qué parte se está del proceso y qué pasos lógicos hay que ir dando para avanzar. Esto es más que nada algo organizativo, pero sirve. Digamos, antes de llenar las tarjetas personales con los datos, necesitamos la maqueta de las mismas hecha. Antes de eso, tenemos que tener las aplicaciones de la marca. Antes de eso… Se entiende la idea.
Cada uno de estos procesos lleva su tiempo. Estimar ese tiempo es algo muy personal, y viene de la mano de la experiencia. ¡Pero que no desesperen los que recién arrancan! Pueden estimar basándose en los tiempos de entrega que han tenido para los trabajos a lo largo de su carrera.
¿Recuerdan que escribí sobre poner todas las cosas que hay que hacer bien claras? Bueno, en cada una de esas etapas anoten la cantidad de horas que estiman que les llevaría. No tiene por qué ser tiempo 100% sentado trabajando sin parar, ojo.
Estimando el tiempo del proyecto
A esta altura, deberían tener una idea general de la cantidad de horas por cada etapa. Bien, sumen todos estos números, pero mantengan lo que anotaron por etapa porque va a servir para más adelante. Esa es la cantidad de horas-de-trabajo totales. Supongamos que son 96 horas totales.
Como no van a estar 96 horas seguidas trabajando, vamos a dividir ese número en la cantidad de horas que quieren dedicarle por día (eventualmente, si les va bien, esta frase cambiará de quieren a pueden). Supongamos que es un mes tranquilo, y le pueden dedicar 8 horas por día. Esto es: 96 : 8 = 12. Quiere decir que el tiempo de proyecto es 12 días (llamémoslo tiempo1). Ese tiempo no es el que van a dar. A ese tiempo le van a sumar una cantidad de días “en caso de …”, que van a servir para cubrirse en caso que ocurra alguna eventualidad que les frene el trabajo (llamémoslo tiempo2). Supongamos que agregamos 2 días para cubrirnos, entonces el proyecto, a ojos del cliente, demorará 14 días.
El trabajo lo entregan cuando se cumpla tiempo2, no antes. De tiempo1 a tiempo2, ofrezcanlo como corrección, pero dejen en claro que el trabajo no está listo.
No tengan miedo de agregar horas y recotizar si mientras están trabajando les cambian los requerimientos… “Ya que estás, vamos a necesitar la gráfica vehicular.”
Estimando el costo del proyecto
Teniendo las horas totales (las totales antes de estimar los días de trabajo y días extra), multiplicamos por el que creamos que el costo de nuestra hora de diseño. Próximamente voy a escribir un artículo para los que necesiten una guía de cómo estimar ese valor.
Para mantener las cosas simples, supongamos que nuestra hora de diseño vale $10 (uso múltiplos de 10 para que sea sencillo este cálculo, nadie cobra tan bajo). Entonces: 96 x 10 = 960. El costo del proyecto será $960.
Volviendo a las horas por etapa
Decía de no eliminar el detalle de horas por etapa porque les sirve para dos propósitos:
El primero, para armarse un cronograma del estilo “El Lunes arranco con la marca. El martes, con la marca resuelta, armo el manual y las aplicaciones. El miércoles empiezo con la papelería.”, y así. Si saben cuánto les lleva cada parte del proceso, es fácil dividirlo en días y armar este cronograma.
El segundo propósito es para reacomodar el proceso en caso que una parte no sea necesaria. Ejemplo, si a último momento antes de empezar el cliente dice “Vamos a mantener el logo viejo, no hay rediseño”, ya saben que tienen que restar esas horas.
Poniendo todo sobre la mesa
Entonces, estamos hablando de un proyecto de unas 96 horas de diseño, las cuales van a ser repartidas en 12 días, dedicándole 8 horas por día, con un costo total de $960. Al cliente, por supuesto, no se le dan algunos de estos datos. Solamente lo que necesita saber, que es el costo y los días que llevará entregarlo. O sea, 14 días y $960.
El “Estimado rápido”
Cuando un cliente plantea un problema de diseño que quiere resolver, en la mayoría de los casos es algo urgente. Bah, siempre es urgente, todo para ayer. Dada esa urgencia, seguramente va a consultar a varios proveedores del servicio antes de decidirse por uno. Se pueden encontrar con el caso “Pero decime cuánto sale y cuánto tarda así estimado rápido.” Yo desaconsejo seguir la corriente, salvo que haya mucha confianza.
¿Por qué? Porque el proceso de estimar es parte del trabajo. No se cobra porque, bueno… No se cobra. Pero invita a que se le reste importancia al trabajo que hacemos.
Espero que este artículo les haya servido.
Hola Santiago!
Yo no hago diseños, pero si he hecho varios trabajos de programación y el método de “calcular el precio” es el mismo (de hecho muchos incluyen diseño aunque no me guste jaja).
Algo que yo incluyo en la fórmula es “la cara del cliente” y de hecho es el factor principal para calcular el tiempo que me llevará y por ende, el costo total. Paso a explicar. Cuando alguien me citaba en sus oficinas o empresa, me fijaba en que negocio era, que vendían, la cantidad de gente en el mostrador, trataba de darme cuenta cuantas veces sonaba el teléfono mientras estaba allí y cuantas facturas imrpimían en ese tiempo.
Todo eso no lo hacía para ver si podía cobrar un sobre precio (osea, robarlos) sino para saber si es gente que realmente está dispuesta a seguir creciendo o no, apostando a un buen programa de control o página web o simplemente eran personas que “querían estar en la web”, aunque sea con una página estática que mostrara una foto, su dirección y su teléfono.
Siempre creí que las grandes empresas llegaron a donde están por hacer las cosas bien y no por “improvisar”, por lo que a pequeños comerciantes es más fácil “tirarles un precio” ya que no importa mucho la calidad del producto que uno les venda (lo que les interesa es un buen precio) pero a las grandes empresas les interesa algo bien hecho que me va a llevar mucho más tiempo de lo normal en hacer y revisar y generalmente están dispuestos a pagar bien (no exageradamente) mientras sea algo bien hecho.
En resúmen, si son empresarios que se destacan entre el resto, van a apreciar algo bien hecho, sin importar mucho ni el precio ni el tiempo que lleve hacerlo.
Una vez que tengo una apreciación sobre el cliente, pienso en que les voy a hacer, cuanto tiempo lleva y por ende, cuanto costará.
El precio “según portación de cara” yo lo hago variar en el costo de la hora. Como es un tema largo, preferí hacerlo en otro post. Pero como bien decís, es algo válido. O sea, no es lo mismo laburar para ciertos clientes, obvio que si lo vas a hacer, esperás un mayor ingreso por “la incomodidad”.
Se aplica para el otro lado, rebajarlo.